El reloj marcaba las 20:30h cuando Raphael irrumpía en un escenario más que conocido para él, el del Palau Sant Jordi de Barcelona. Esta vez, presentando su tour 6.0, en el que celebraba esos sesenta años de carrera artística. Desde entonces, hasta dos horas y quince minutos después, fueron sonando muchas de las canciones que han marcado a diferentes generaciones de nuestro país. Temas muy vitoreados y sentidos, conocidos a la perfección por el público allí presente. Un show cuidado al milímetro y de calidad, acorde al artista y a su gran trayectoria profesional.
Y no solo sonaron temas suyos, de hecho incluyó en su setlist canciones con las que quiso rendir homenaje a algunos compañeros y amigos de profesión como Armando Manzanero, Camilo Sesto, Rocío Jurado o el Dúo Dinámico.
29 temas en los que lució un chorro de voz inigualable. Él "sigue siendo aquél" como bien mencionó, y espera seguir haciéndolo por muchos años más.
"Ave Fénix" abrió el concierto, y le siguieron hits como "Digan lo que digan”, “Mi gran noche", "Amor Mío", "Estar enamorado", "Qué sabe nadie" o "Escándalo".
Asistir a una cita como la de anoche es, sin duda, un auténtico privilegio. No sólo por lo que supone tener delante a un artista de tal calibre, sino por el hecho de vivir en primera persona un espectáculo de estas características. Raphael es único, pero la banda que le acompaña es de otro planeta.
Y si algo puedo reprocharle es que no les presentara uno a uno, porque bien lo merecían.
También se hizo de rogar el discurso inicial, pues tuvieron que pasar casi dos horas para que Raphael dedicara unas palabras al público. No obstante, fueron innumerables las muestras de agradecimiento que les hizo llegar y demostró estar enormemente emocionado al ver el apoyo con el que sigue contando.
Queda Raphael para rato. Y después de lo de ayer, puedo afirmar que la leyenda sigue más viva que nunca.
Artículo de Eva Ladevesa (twitter.com/miviajemusical) para ElFiesta.es