El cantautor mexicano presenta este material discográfico donde nos da su percepción sobre el amor y el desamor siempre tendrá un lado positivo pese a las circunstancias.
Quien diga que el karma sólo existe como castigo para aquellos que nos quieren hacer daño, es que no le han visto el lado positivo como Edoardo De La Paz, quien debuta en la industria musical con ‘Karma Bueno’, material discográfico que es el resultado de un camino explorado interiormente.
‘Karma Bueno’, más que ser una conjunción de palabras que resultan opuestas, es resaltar que ante las adversidades, todo resultado es positivo, que no hay necesidad de sentirse mal. El amor, como todo lo que apreciamos en esta vida, tiene dos caras, y ‘Karma Bueno’ es el ejemplo de cuando el autor vive en carne propia sus canciones, ya que escribir al amor y al desamor, significa cerrar ciclos, sanar y plasmarla en temas para que alguien se identifique con ellas.
En la actualidad, se están ampliando todos los tipos de relaciones entre los seres humanos, y para Edoardo, mientras el amor exista, así como sus consecuencias positivas o negativas, estas terminarán por derribar etiquetas, lo que debe ser o no. Es un material universal si lo analizamos, hable de las manifestaciones del ser humano, de lo que se vive a diario en un mundo que dejó de ser cuadrado.
Para Edoardo, el regional mexicano es una nueva vía para transmitir muchas ideas, por lo que en cada tema expresa sus sentimientos, y prueba de ello es ‘Bailar Pegaditos’, un tema que nace de una bohemia con un amigo, donde la idea de que lo que siente el cuerpo, lo siente el corazón, surge la idea de hacerle un tema al baile. Es un juego de coqueteo y cortejeo que se va dando dentro de un baile y que surge de la química de dos personas. Edoardo De LA Paz está listo para hacerte vibrar con su material discográfico ‘Karma Bueno’, una manifestación de que el amor es positivo siempre y cuando tu alma y corazón piensen de la misma manera.
Nació en La Paz, Baja California Sur, y desde pequeño encontró en la música un refugio, encerrándose por horas en su cuarto tratando de alcanzar las notas a las que llegaban los grandes cantantes mexicanos. Con el tiempo comprendió que tenía una voz especial, cuando interpretaba los éxitos de artistas como Sin Bandera, Vicente Fernández o Juan Gabriel.